¿Tu ves el vaso medio lleno o medio vacío? Las dos visiones dicen lo mismo y ambas son ciertas. La diferencia entre las dos visiones no está en la la cantidad de agua que ven. La diferencia esta en la actitud que refleja cada visión. Una es optimista y positiva, la otra es pesimista y negativa. ¿Cuál es la tuya?
El punto central es que independientemente de las circunstancias que te rodean, tu visión y sobre todo la actitud que genera esa visión, hacen la diferencia en los resultados que puedes obtener. Recuerda que los pensamientos generan sentimientos y los sentimientos generan acciones. De la repetición de las acciones vienen tus hábitos y tus hábitos forman tu carácter, que es lo que determina tu futuro.
Tu visión se forma en tu mente por medio de tus pensamientos y tus pensamientos vienen del alimento que le das a tu mente y alma. Por eso, aliméntate con optimismo y positivismo, no con pesimismo y negativismo. Recuerda que te convertirás en lo que piensas y no olvides que Jesús te enseñó que lograrás lo que creas con tu mente y no lo que veas con tus ojos.
Tu visión del futuro debe ser positiva y ganadora y para lograrlo, debes creer que esa visión se cumplirá. Sigue el ejemplo de Jesús.
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