La mayoría no siempre tiene razón. Fue la mayoría la que decidió fabricar el becerro de oro en el éxodo de Egipto a la tierra prometida y casi causan la destrucción de todo el pueblo. Moisés envió 12 espías a la tierra prometida y 10 de ellos, o sea, la mayoría, dieron un reporte negativo y la mayoría del pueblo decidió escucharlos y rebelarse. Eso causó que en lugar de 40 días, el éxodo durara 40 años. Una multitud mayoritaria decidió crucificar a un hombre inocente y mataron al Mesías.
Hay otros casos similares en la Biblia y también en la historia, donde la mayoría tomó una decisión que no fue la correcta. Sin embargo, el problema no es está en que las mayorías decidan. Lo que hay que preguntarse es si la decisión que se está tomando está de acuerdo con los principios de Dios, porque más importante que la mayoría, son los principios y valores que nos guían en tomar las decisiones. Por eso es tan importante revisar quien está incitando a las mayorías, con que propósitos y siguiendo cuales principios.
No seas complaciente con lo que la mayoría considera popular, aceptable o necesario. Sigue los principios de Dios y logra tu propósito.
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