Dios nos hizo así por alguna razón. No olvides que hay un plan Divino especial para cada uno de nosotros. Sin embargo, vivimos deseando ser diferentes y tener más, creando insatisfacción, por nuestras absurdas comparaciones con los demás.
La felicidad es un estado subjetivo y voluntario. Podemos elegir hoy, estar felices con lo que somos, con lo que hacemos y con lo que tenemos o podemos elegir hoy, vivir amargados por lo que no somos, no hacemos o no tenemos. Sólo podremos florecer el día que nos aceptemos como somos y aceptemos lo que hacemos y tenemos.
Lo maravilloso de la creación es que somos únicos y nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer en esta vida. Sólo nosotros podemos cumplir el plan que Dios tiene con nosotros. Pero, miramos a nuestro alrededor y lloramos, cuando deberíamos mirar a nuestro alrededor y soñar. En lugar de ver problemas y fracaso, deberíamos ver el potencial de cada situación y concentrarnos en las posibilidades de éxito.
Francisco de Asís dijo: Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible y en el libro de Proverbios dice: Donde no hay dirección divina, no hay orden; ¡feliz el pueblo que cumple la ley de Dios!
Los problemas son oportunidades para triunfar. Si haces lo que es necesario y posible, Dios te llevará a lograr lo que parece imposible.
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