¿Quieres ver milagros? Mira un amanecer, un bebé, una cosecha o mejor aún, mírate en un espejo. ¿Esos no te parecen milagros? ¿Quieres ver milagros más espectaculares? Entonces, necesitas aprender a reconocer milagros.
El día que aprendas a reconocer los milagors que ordinariamente ocurren en tu vida, ese día comprenderás que no necesitas más milagros que los que Dios te da todos los días, sin que tú se los hayas pedido. ¿Quiénes somos nosotros para decidir si un milagro es grande o pequeño? ¿Normal o espectacular?
El problema es que cuando deseas un milagro, lo que esperas es evitar pasar por las experiencias que Dios te ha colocado y lograr que se haga tu voluntad, en lugar de la voluntad de Dios, para obtener tus propios sueños, anhelos y deseos.
No te confundas, Dios puede hacer los milagros más espectaculares y sobrenaturales que puedas imaginar. Pero El siempre hará lo que es mejor de acuerdo con Su Plan y nunca podrá cumplir tus deseos si no están de acuerdo con Su Perfecta Voluntad.
Por lo tanto, no busques a Dios por los milagros, búscalo porque lo amas y tienes la disposición de aceptar Su Voluntad..
Dios hará Su Voluntad, de acuerdo con Su Plan Perfecto. Si no puedes aceptar eso, es porque lo buscas por interés personal.
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