Lo que tengo no me pertenece, aunque forme parte de mí. Cuando parta de este mundo, no me lo podré llevar. Todo lo que tengo y todo lo que soy, me fue entregado como préstamo, para que pueda compartir con aquellos que entran en mi vida. Nadie cruza nuestro camino por casualidad. Y nosotros no entramos en la vida de alguien sin ninguna razón. Todo es parte del plan de Dios. Hay mucho para dar y recibir. Hay mucho que enseñar y aprender. Deja que Dios te guíe.
Intenta ver las circunstancias que te rodean, como parte del plan de Dios y que suceden dentro del propósito perfectos que sólo Él maneja y comprende. Toma la decisión de estar en esta vida para servir y no para ser servido.
Sirve a los demás dando lo mejor que puedas de ti e intentando dar siempre el primer paso. Nunca niegues una ayuda que esté a tu alcance y perdónalo todo, siempre. Para bendecir al mundo, Dios usa a los que están dispuestos a cumplir la misión.
Es mucho lo que puedes dar y enseñar. Da el primer paso con lo mejor que puedas, en servicio a los demás. Deja que Dios te guíe.
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