El tiempo es una dimensión que Dios te da para orientarte, no para atarte. Si te decides a aprovechar el "tiempo actual", "ahora", te liberarás de las ataduras y lograrás aprovechar el tiempo más efectivamente. No lo despilfarrarás.
¿Estás siempre apurado y afanado? ¿Te parece la vida demasiado corta? ¿Conoces el estrés? ¿Piensas que todo esto es algo normal de la vida moderna?
Pues no. Cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, cada instante, es un regalo que Dios te da y realmente sólo tienes el momento actual. Ayer ya pasó. Mañana no ha llegado. Sólo tienes "ahora" y sólo ahora puedes ser feliz o infeliz. Sólo ahora puedes hacer algo. Lo que no hiciste ayer, ya no lo puedes hacer y no sabes si podrás hacer algo mañana. Probablemente te pesan los errores de ayer y es posible que tengas temor de la incertidumbre de mañana, pero esos dos sentimientos son como grandes cadenas que te atan y te impiden avanzar.
Vives en el tiempo actual y eso es un regalo de Dios y si sigues sus principios, aprenderás que hay un tiempo para cada cosa y cada asunto tiene su momento. Aprovecha el tiempo aprendiendo los principios de Dios y tu tiempo tendrá la relevancia de lo eterno e inmutable.
El tiempo de Dios es ahora. Aprovecha el tiempo hoy, porque tu momento más efectivo es ahora y así el tiempo será tu aliado y no tu verdugo.
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