Una amiga sin querer ofendió a otra persona, pero cuando quiso aclarar la situación se excedió en explicaciones y entre mas quería explicar mas se enredaba, además su actitud y sus palabras no comunicaban amor. Le aconseje que se pidieran perdón porque las dos se estaban haciendo daño.
Se necesitan pocas palabras para expresar lo que es esencial y los discursos largos pueden confundir. Para que el ser humano aprenda a hablar solo hacen falta unos pocos años, pero para que aprenda a callar puede hacer falta toda una vida. El que mucho habla, mucho se puede equivocar y por esa razón, ser comedido al hablar en vez de ser un defecto, es prueba de gran sabiduría.
Si lo que vas a decir no es para hacer el bien, mejor será callar. Cuidar tus palabras es cuidarte a ti mismo, porque el que habla mucho puede meterse en problemas. por eso se dice que es de sabios hablar poco, y de inteligentes mantener la calma.
Pero lo más importante es que cuando hables, lo hagas con amor, tanto en tus palabras como en tu actitud y lenguaje corporal.
La verdad no siempre es dulce y las palabras dulces no siempre son verdad. La verdad nace del amor y siempre hace bien, aunque duela.
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