Sandra nunca pudo tener hijos, pero era tanto el deseo de ser madre que adopto un hijo; pero este vino enfermo y aunque hizo todo lo posible para que viviera, el niño murio. Su anhelo era tan grande que volvió a adoptar otro hijo. Sandra hoy disfruta de cada momento con su hijo y del privilegio de ser madre.
Entonces ¿Para qué sirve un hij? Para aprender a reír y dar amor desinteresado. Jugar con tierra, piedras y cometas. Disfrutar un zoológico. Hacer y comer galletas calientes. Sostener una mano que necesita ayuda. Ver la luz en sus ojos cuando aprenden algo. Enseñarlos a montar bicicleta y a nadar. Disfrutar navidades especiales. Leer cuentos, ver películas infantiles. Pegar dibujos con los imanes del refrigerador. Recibir tarjetas de felicitación hechas por ellos. Llenar piscinas inflables. Cargarlos a caballito. Dormirlos en los brazos. Ser entrenador deportivo. Tener una excusa para comer helados y dulces. Ser testigo del primer paso, la primera palabra, el primer diente que sale, el que se cae y la primera oración. Tomar clases prácticas de psicología, nutrición, justicia, enfermería, comunicaciones, poder sanar un llanto y organizar una fiesta. ¿Cómo puede alguien sentarse a calcular el costo de tener un niño? ¿Cómo puede alguien tomar la decisión de no permitirles nacer?
La responsabilidad que Dios te ha delegado para formar tus hijos, te permite ver la existencia de Dios y sus milagros, a través de ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario