Tenía dolores de cabeza y fui al medico, quien me mando hacer unos exámenes, encontrando que tenía problemas de azúcar y de tensión y me pusieron en tratamiento. Gracias a los dolores de cabeza descubrieron lo que me pasaba.
El dolor te ayuda a ubicar, identificar, diagnosticar y tratar con el problema. Si no sintieras dolor podrías llegar a morir por enfermedades sencillas y fáciles de tratar, porque no las diagnosticarías a tiempo, ya que el dolor no te avisaría. No tendrías cuidados con las heridas, fracturas y otras dolencias, que se complicarían innecesariamente .
El dolor te ayuda a recordar lo frágil que eres; haciéndonte más humilde, reconociendo tu condición y debilidad humana. Además, te capacita para comprender el dolor de otros.
Las mismas consideraciones que hemos hecho sobre el dolor físico, aplican al dolor emocional. Si algo te duele emocionalmente, debes usar ese dolor para identificar, diagnosticar y tratar el problema. Un dolor emocional te lleva a blindar esa área para protegerla mientras la tratas, restauras y sanas.
El dolor puede ser una excelente escuela. Tienes un Dios misericordioso, dispuesto a ayudarte en tu dolor. El siempre está listo para apoyarnos. Sólo tienes que buscarlo.
Dios usa el dolor para enseñarte dónde eres vulnerable y a comprender el dolor de otros. Él es tu Padre que te ama y te ayuda ¡Búscalo!
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