Una amiga me contó que se sentía triste por todos los defectos que veía en su pareja. Entonces yo le pregunte cualidades tenía y ella empezó a contarlas, dándonse cuenta que eran mucho más las cualidades que los defectos.
La diferencia de temperamentos, las ideas propias, los gustos, los defectos, la manera de ver la vida y el crecimiento personal, pueden hacer que los cónyuges se vayan separando al pasar el tiempo, o por el contrario pueden enriquecer su vida en común de una manera maravillosa. En el libro Eclesiastés dice: Uno solo puede ser vencido, pero dos podrán resistir. Y además, la cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente.
Hagamos una cuerda de tres hilos los dos cónyuges y Dios. Cuando los esposos buscan juntos a Dios, sus corazones se unen y los problemas se resuelven descubriendo el secreto de la verdadera armonía. Si cada cónyuge busca ver sus propios defectos y errores y pide perdón al otro en la presencia de Dios, los problemas conyugales podrán solucionarse. Entonces aprenden a ser honestos el uno con el otro.
Cuando te casas, ya no eres tú. Ahora eres un solo ser con tu cónyuge. La matemática matrimonial dice que 1+1=1, porque al casarse, los 2 ya no son 2, sino que los 2 llegan a ser 1 sola persona.
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