Conocí a una persona que no le importaba lo que comía, ni lo que bebía y se engordo tanto que pensó que necesitaba una cirugía para resolver su problema de obesidad. Sin embargo, nunca pensó en cambiar su estilo de vida, ni sus hábitos de alimentación.
La salud es muy importante y requiere de buenos hábitos, disciplina, fuerza de voluntad y dominio propio, porque si la cuidamos adecuadamente, podremos vivir sanos y con mejor calidad de vida.
Muchas veces nuestras enfermedades son producto de nuestros malos hábitos y cuando el médico informa sobre las consecuencias de nuestros errores y los hábitos que debemos comenzar a adoptar y practicar, se nos hace difícil por nuestra falta de disciplina, fuerza de voluntad y dominio propio.
Debes ser responsable sobre el mantenimiento de tu buena, salud para cuidar la vida que Dios te ha regalado, sin irte al otro extremo de hacer del cuidado de tu salud y de tu cuerpo un culto personal. Todo es cuestión de equilibrio.
Pero debes comprender que la vida que Dios te ha dado, se puede ver perjudicada o beneficiada, dependiendo del cuidado que tengas con tu salud personal y esa responsabilidad es sólo tuya. Tus desiciones y acciones en este asunto te llevarán a recibir beneficios o a pagar por las consecuencias.
La vida es un regalo de Dios y un privilegio, pero eres responsable de tu salud, porque debes cuidar ese maravilloso regalo de Dios.
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