Estaba viendo un programa de televisión donde mostraban la cantidad de dinero que la droga y el tráfico de blancas produce y denunciaban como el dinero compra personas e instituciones, que de la noche a la mañana se hacen ricos y con un elevado estatus.
Esto es terrible porque se venden principios y valores, para entrar en un círculo social regido por forma, apariencia exterior y abundancia material, sin importar como se obtuvo el dinero que da entrada a ese círculo. Ese culto al dinero, hace que se olvide la importancia de lo que tiene fondo, la belleza interior y la espiritualidad, que es donde radican los principios y valores.
Lo vemos en todos los estratos de nuestro entorno. El dinero te da entrada a todos los conjuntos que engloban los diferentes grupos sociales, sin preguntas ni prejuicios. Es el único parámetro que realmente cuenta.
Sin embargo, cuando te acercas a Dios te das cuenta que Él le da mas importancia a lo que hay en nuestro corazón, que cualquier otra cosa, porque del corazón mana la vida. A nuestro Padre celestial no le interesan las cuestiones de forma, apariencia o materiales, porque nuestra vida espiritual, que es la única que a Él le importa, no depende de esos aspectos.
A Dios le importa el fondo, no la forma y el interior, no el exterior, porque el espíritu es el que da vida; lo material no sirve para nada.
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