Una amiga me comentaba su impaciencia, porque no lograba tener algo que necesitaba, mientras yo observaba, todo lo que tenía y pensaba en el daño que nos hace el consumismo, por hacernos sentir inconformes con lo que tenemos, a pesar de la abundancia. Mientras mas tenemos mas queremos y somos insaciables porque queremos tener todo lo que vemos. Eso es inconformidad.
Eres inconforme, si tienes lo necesario y aun quieres más. Por supuesto que definir cuanto es necesario, es subjetivo. Pero, sino no haces un esfuerzo en determinarlo y limitarlo, nada será suficiente para ti y sufrirás de impaciencia, angustia y hasta tristeza. Puedes llegar al punto en que no disfrutes de la vida por vivir en una permanente inconformidad.
La felicidad no puede depender de los bienes que se poseas, porque cuando los bienes falten, te faltará la felicidad. Por lo tanto, la felicidad debe depender de tu paz y equilibrio interior, independientemente de los bienes que poseas, disfrutando de la vida contento con lo que has recibido.
Siempre tienes tesoros para disfrutar, pero tu inconformidad puede llegar a impedirte disfrutarlos porque solo piensas en lo que no tienes. No dejes de disfrutar las cosas que Dios te ha regalado. Si eres agradecido con Dios, Él te enseñara a disfrutar lo que realmente es importante en la vida.
Que tu inconformidad no te impida disfrutar lo que tienes. Se feliz con los regalos que Dios te ha dado.
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