¿Sabes lo que es ser humilde? No es sentirte despreciable, ni es un complejo de inferioridad. No es creerte menos que los demás, ni es un bajo concepto de tu persona y definitivamente no es pertenecer a una clase social inferior. La humildad es la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
Ser humilde es sentirte libre de preocuparte por ti mismo, tener la capacidad de poder perdonarlo todo, tener la última palabra al pedir disculpas, comprender que reconocer tus errores es una señal de fortaleza y no una confesión de debilidad, admitir tus errores y enmendarlos con auténtica dignidad, sentirte más pequeño mientras vas creciendo, dejar de engañarte con respecto a tu audacia y fortaleza, comprender que en tu humildad está tu grandeza.
Ser humilde es que puedas vivir en paz y armonía, con las otras personas, siendo pacífico y bondadoso, que tengas la sabiduría para no presumir de ser sabio, que puedas ser paciente y soportar a los demás con amor, que no hagas nada por rivalidad o por orgullo, no considerarte mejor que nadie, que no hables mal de nadie y vivas unido a tu prójimo en un mismo sentir y amándolo como a tu hermano. Pero sobretodo, ser humildes es saber honrar a Dios y desear hacerlo.
No puedes ser humilde ante Dios si no has aprendido a ser humilde ante tu prójimo.
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