Nos gustan los fines de semana y las vacaciones, para salir de la rutina y hacer algo diferente, como visitar familia y amigos, ir a sitios que recordamos y nos gustan, conocer lugares nuevos, divertirnos y hacer cosas diferentes y nuevas. Al hacer todo esto descansamos, a pesar de la actividad física, porque lo disfrutamos. Los médicos y terapeutas recomiendan ese tipo de descanso para mantener el equilibrio necesario para una buena salud.
Cuando descansas todo es hermoso y maravilloso, tomas nuevas fuerzas, dedicas tiempo para ti y a las personas que amas. El cambio de rutina te oxigena y libera del estrés y del cansancio acumulado.
Lo que no es normal es que uses el descanso para tratar de huir, escondiéndote de tus problemas y evadiendo tus responsabilidades, pues eso es cobardía. Los problemas se enfrentan y las responsabilidades se asumen. No uses el descanso para escapar. Sin embargo, un descanso te ayuda a despejar tu mente y tener ideas frescas para buscar soluciones y alternativas.
La mejor inversión que puedes hacer es planificar tiempos de descanso, porque aunque nadie te paga por hacerlo, ganas salud al detener el ritmo de tu carrera diaria. No fuiste diseñado como máquina para estar siempre trabajando, sino que fuiste diseñado para tener una vida equilibrada de trabajo y descanso.
Dios te manda a trabajar seis días por semana y descansar uno, porque sabe lo importante que es el descanso para tu salud.
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