Seguramente has escuchado historias de personas que se libraron de un accidente fatal por una casualidad increíble.
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Perdió el vuelo porque un hijo se enfermó y el avión se cayó.
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Ese día llevó a su hijo al colegio y no estaba en la oficina donde explotó la bomba.
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Se desvió porque su esposa le pidió comprar el periódico y en el siguiente cruce, un autobús sin frenos causó un accidente.
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Su hija le pidió que fuera a su acto escolar y al posponer su viaje se salvó de la tormenta.
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El tráfico le hizo llegar tarde al sitio donde ocurrió el tiroteo.
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El ascensor se atrasó y llegó a la oficina cuando los asaltantes ya se habían ido.
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Su automóvil se averió y regresó a su casa para llamar al mecánico encontrando que su madre se había caído.
Las casualidades no existen, por eso, no te enojes la próxima vez que se presenten. Probablemente estás escapando de un accidente fatal y por alguna razón estás donde estás y no en otro sitio. Esas situaciones inesperadas, no suceden por casualidad. Todo tiene una razón dentro del plan perfecto de Dios.
Si vives una situación desagradable y no sabes cómo mejorarla, espera y verás como Dios siempre hace algo maravilloso. Las casualidades no existen y por alguna razón suceden. Ten fe y no sientas ningún temor. Dale a Dios la libertad de cumplir Su Plan.
Este mensaje no te llegó por casualidad.
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