La Madre Teresa de Calcuta con su servicio demostró que amaba al prójimo con humildad, pues aunque mucha gente invirtió grandes cantidades de dinero en su ministerio, nunca se llenó de orgullo. Toda su vida continuó siendo la misma humilde mujer.
Sobre "El Amor" el Diccionario de la Real Academia Española, dice: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
Para sentir amor hay que partir de nuestra propia insuficiencia y necesidad de unión con otros seres. Si leemos lo que dice el mismo diccionario sobre la humildad: Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
Yo podría concluir que para amar hay que ser humildes y no se puede ser humilde sin amor. Por eso dijo el Apóstol Pablo: Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso.
¡Los que aman de verdad son humildes, y quienes son humildes, aman de verdad! ¡Si quieres aceptar amor verdadero, necesitas suficiente humildad como para renunciar a tu orgullo y recibirlo! Porque el amor y la humildad son absolutamente inseparables.
La razón de porque hay tanta falta de amor en el mundo. Es porque hay ¡Demasiado orgullo! Hemos olvidado ser humildes.
No podremos amar a Dios sin humildad y nunca seremos humildes sin amor a Dios.
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