En esta vida lo único seguro es el cambio y los cambios vendrán a ti, sin tener que buscarlos. Cuando se presentan los cambios, tu tienes la opción de aceptarlos o rechazarlos. Cuando los rechazas tienes que luchar contra ellos para tratar de mantener las cosas como están. Cuando los aceptas, es porque comprendes que son inevitables y los asumes como un reto, luchando para adaptarte y sacar el mejor provecho posible a la situación.
Necesitas aprender a aceptar los cambios que te presenta la vida, porque son inevitables y te ayudan a crecer, porque el cambio es un catalízador para el crecimiento personal, te saca de la rutina, te da un nuevo comienzo y te provee de una oportunidad para reevaluar el rumbo que llevas. Pero, para poder manejar los cambios tienes dejar atrás las cargas y ataduras del pasado, que te impiden avanzar.
Por lo tanto, si te resistes al cambio, en realidad te estás resistiendo al crecimiento. Debes aprender a ser flexible y aceptar los cambios o ser inflexible a los cambios y lidiar con las cargas del estancamiento, porque el peor enemigo del crecimiento personal es la inflexibilidad al cambio. Pero, hay una manera efectiva de tratar con el problema: Suelta el bulto del pasado que estás cargando por la vida, porque con tu pasado como carga, no crecerás en el presente.
Si amas demasiado tu pasado no podrás aceptar los retos y cambios del presente.
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