lunes, 6 de junio de 2011

Sigue Remando

La vida es como un viaje en bote, tienes un destino y eres el viajero dentro del bote, rumbo a ese destino. Sobre ese bote y en mar de la vida, te esperan tormentas, que intentarán desviarte en tu viaje. Por eso, cuando llegues a la tormenta: sigue remando hacia tus sueños, metas y destino. ¡No te desvíes!

 

Las tormentas llegarán, independientemente de tu raza, estado de salud, condición social, nivel académico, poder financiero, situación sentimental, religión o afiliación. Pero lo importante es que recuerdes que cuando llegue la tormenta debes seguir remando.

 

¿Cuál es tu tormenta? Tienes alguna enfermedad. Te angustias con muchos problemas personales, familiares, sentimentales, laborales, financieros y tienes grandes preocupaciones. Sientes tristeza, soledad, depresión, agotamiento, perturbación, impaciencia, falta de fe, desesperanza, desespero, cansancio, falta de control y en general un gran vacío dentro de ti. Además, no te sientes amado, pero si te sientes ignorado.


Piensas que no hay salida y quieres huir, pero tienes el viento en tu contra, ya no puedes remar más y estás a punto de rendirte, desistiendo y desviándote de tu destino. Piensas que has perdido y sufres.


Para no rendirte y poder seguir remando necesitas llevar a Jesús en el bote contigo. Búscalo y verás la diferencia. Con El Señor abordo, seguir remando en la tormenta es fácil.


Cuando llegue la tormenta, no temas, confía en Dios y no te desvíes del curso de tu destino. ¡Persevera y sigue remando!

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