Siempre hay algo más que hacer por alguien en la vida.
Siempre hay alguna medida que tomar a favor de alguien.
Siempre hay alguien a quien curar una herida.
Siempre hay un amigo que te necesita.
Siempre hay algo que dar a alguien. Siempre hay algo que compartir con alguien.
Siempre hay un familiar o vecino que necesita verte.
Siempre hay un hijo que te busca.
Siempre hay alguien caído que necesita ser levantado.
Siempre hay piedras que quitar del camino que alguien va a utilizar.
Siempre hay una causa perdida de alguien, por la cual luchar.
Siempre hay algo que aprender y sobre todo, algo importante que enseñar a alguien.
Siempre hay luces que encender para iluminar al que está en la oscuridad.
Siempre hay nuevos caminos por andar, para que otros se beneficien de una nueva ruta.
Sobretodo, tu cónyuge y tus hijos siempre te necesitarán.
Hacer estas cosas te llevará a correr aventuras que te retarán al máximo, porque siempre hay necesidades de otros, que te motivarán a esforzarte más allá de tus límites. En todo este proceso, no estarás solo, Dios, tu Padre celestial, siempre estará contigo. Él es la Luz que siempre te ilumina y guía, y tu siempre debes reflejar de Su luz para ayudar a todos aquellos que la necesitan. Lo que hagas por los demás, alimentará tu alma.
Siempre hay alguien que te necesita y debes ayudar, reflejando el amor de Dios.
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