A los competidores en varias disciplinas atléticas les avisan para que estén listos para la partida de una carrera o competencia, para que el disparo que marca la partida no los tome por sorpresa. Igualmente se hace en las carreras de automovilismo con las banderas o con los semáforos. La idea es que nadie puede decir: ¡No estaba preparado para partir!
Igualmente pasa con la partida de este mundo. A todos nos va a tocar partir en algún momento. La pregunta es: ¿Estamos preparados? ¿Listos? El libro de Santiago nos dice: Ahora oigan esto, ustedes, los que dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y allí pasaremos un año haciendo negocios y ganando dinero, ¡y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece. Lo que deben decir es: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. En cambio, ustedes insisten en hablar orgullosamente; y todo orgullo de esa clase es malo. El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.
Jesucristo nos instó a estar siempre preparados. Nos dijo: Manténganse ustedes despiertos y preparados, porque no saben ni el día ni la hora, que va a venir su Señor y vendrá cuando menos lo esperen. Este consejo puede tomarse como que hay que estar preparados para la segunda venida de Jesucristo, pero es obvio que aplica igualmente para cuando partamos de este mundo y nos toque presentarnos frente a nuestro Señor.
En el mundo de la alta competencia los atletas se preparan por años y cuando están en la línea de partida y escuchan las palabras: Preparados… Listos… Toda su concentración se enfoca en esperar el ¡Ya!, el disparo, la bandera, o el semáforo. El premio es una corono de laurel, un trofeo, una medalla, un cheque, fama, prestigio, etc. En la competencia de la vida, Jesús ya nos ha dado toda la preparación y Él ya ha dicho: Preparados… Listos…, y sólo falta el ¡YA! Con la diferencia que en la competencia de la vida el premio es la vida eterna al lado de nuestro Señor.
¿Estamos despiertos? ¿Estamos preparados? ¿Tenemos toda nuestra concentración enfocada en estar preparados y listos para el YA? Si todavía hay tiempo, aprovechémoslo para alistarnos.
Mateo 24:42-51
Manténganse ustedes despiertos, porque no saben qué día va a venir su Señor. Pero sepan esto, que si el dueño de una casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se mantendría despierto y no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. Por eso, ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen. ¿Quién es el criado fiel y atento, a quien su amo deja encargado de los de su casa, para darles de comer a su debido tiempo? Dichoso el criado a quien su amo, cuando llega, lo encuentra cumpliendo con su deber. Les aseguro que el amo lo pondrá como encargado de todos sus bienes. Pero si ese criado es un malvado, y pensando que su amo va a tardar comienza a maltratar a los otros criados, y se junta con borrachos a comer y beber, el día que menos lo espere y a una hora que no sabe, llegará su amo y lo castigará, condenándolo a correr la misma suerte que los hipócritas. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.
Mateo 25:1-13
Sucederá entonces con el reino de los cielos como lo que sucedió en una boda: diez muchachas tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran despreocupadas y cinco previsoras. Las despreocupadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; en cambio, las previsoras llevaron sus botellas de aceite, además de sus lámparas. Como el novio tardaba en llegar, les dio sueño a todas, y por fin se durmieron. Cerca de la medianoche, se oyó gritar: ¡Ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo! Todas las muchachas se levantaron y comenzaron a preparar sus lámparas. Entonces las cinco despreocupadas dijeron a las cinco previsoras: Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando. Pero las muchachas previsoras contestaron: No, porque así no alcanzará ni para nosotras ni para ustedes. Más vale que vayan a donde lo venden, y compren para ustedes mismas. Pero mientras aquellas cinco muchachas fueron a comprar aceite, llegó el novio, y las que habían sido previsoras entraron con él en la boda, y se cerró la puerta. Después llegaron las otras muchachas, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Pero él les contestó: Les aseguro que no las conozco. Manténganse ustedes despiertos, añadió Jesús, porque no saben ni el día ni la hora.
Lucas 12:35-48
Sean como criados que están esperando a que su amo regrese de un banquete de bodas, preparados y con las lámparas encendidas, listos a abrirle la puerta tan pronto como llegue y toque. Dichosos los criados a quienes su amo, al llegar, encuentre despiertos. Les aseguro que el amo mismo los hará sentarse a la mesa y se dispondrá a servirles la comida. Dichosos ellos, si los encuentra despiertos aunque llegue a la medianoche o de madrugada. Y sepan ustedes esto: que si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen. Pedro le preguntó: Señor, ¿dijiste esta parábola solamente para nosotros, o para todos? Dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y atento, a quien su amo deja encargado de los de su casa, para darles de comer a su debido tiempo? Dichoso el criado a quien su amo, cuando llega, lo encuentra cumpliendo con su deber. De veras les digo que el amo lo pondrá como encargado de todos sus bienes. Pero si ese criado, pensando que su amo va a tardar en llegar, comienza a maltratar a los otros criados y a las criadas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, el día que menos lo espere y a una hora que no sabe, llegará su amo y lo castigará, condenándolo a correr la misma suerte que los infieles. El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni lo obedece, será castigado con muchos golpes. Pero el criado que sin saberlo hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más.
Santiago 4:13-17
Ahora oigan esto, ustedes, los que dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y allí pasaremos un año haciendo negocios y ganando dinero, ¡y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece. Lo que deben decir es: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. En cambio, ustedes insisten en hablar orgullosamente; y todo orgullo de esa clase es malo. El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.
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