¿Conoces la prisión de la necesidad? Si estás ahí, es porque siempre necesitas algo, más grande, más hermoso, más nuevo, más rápido, más lujoso, más cómodo, más moderno, más "a la moda" o más rentable. Siempre necesitas algo y sólo quieres una cosa: Un nuevo trabajo, un nuevo negocio, un nuevo automóvil, una nueva casa, un nuevo cónyuge o un nuevo "cuerpo". Sólo una cosa, con lo que serás feliz. Y serás feliz… por un tiempo.
Porque luego, la emoción se desvanece y lo que era nuevo, ya no es tan nuevo. La chispa se esfuma y comienzas a desear otras cosas, más nuevas. Antes que te des cuenta, estás preso.
Si te sientes mejor cuando tienes más y peor cuando tienes menos, sí tu gozo está en tener y recibir y si tu felicidad está basada en tu mundo exterior, reconócelo: Estás preso, en la prisión de la necesidad.
Esto no es bueno. Sal de esa prisión hoy mismo y busca la felicidad que sólo Dios puede darle, dentro de ti y no afuera de ti. La satisfacción real no está en las cosas que Dios te da, sino en Dios quien te da las cosas. Aprecia y valora lo que Dios te ha dado y se feliz con lo que tienes, en lugar de ser infeliz por lo que no tienes.
Se libre y feliz, porque el que es fiel en lo poco sobre mucho Dios lo pondrá.
Mateo 25:23
El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo.
Mateo 6:31-33
Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.
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