Basta con tener un poco de experiencia en la vida para comprender perfectamente que las situaciones y circunstancias que suceden a nuestro alrededor escapan en gran medida a nuestro control y por lo tanto es poco lo que podemos hacer para tomar decisiones sobre ellas. Hay muchas situaciones y circunstancias que simplemente suceden sin que nosotros podamos tomar ninguna decisión sobre ellas. Por ejemplo: enfermedades, cambios en el clima, desastres naturales, tendencias en la economía nacional e internacional, accidentes, decisiones de otras personas, amenazas políticas, guerras, cambios de mercado, pérdidas financieras y nuestra genética, entre otros.
Al pensar en esto nos enfrentamos a un hecho inobjetable. Hay mucho sobre nuestro futuro que no depende de nosotros ni de nuestras decisiones. Eso nos hace sentir frágiles. ¿Verdad?
Sin embargo, hay algo que si está totalmente dentro de nuestro campo de decisión y bajo nuestro más absoluto control: La forma y manera en que reaccionamos a todas esas situaciones y circunstancias. ¡Ahí está nuestra fortaleza! ¿Cómo reaccionamos y cual es nuestra actitud cuando nos enfrentamos al tipo de circunstancias que describimos en el párrafo anterior? Podemos optar por el camino del odio, tristeza, enfrentamiento, pelea, nerviosismo, impaciencia, inquietud, temor, revancha, venganza, deslealtad, infidelidad, arrogancia, ira, enojo y descontrol. Por el contrario, podemos tomar el camino del amor, alegría, paz, paciencia, tranquilidad, seguridad, bondad, amabilidad, fidelidad, humildad y dominio propio. Víctor Frankl dijo: me pueden quitar todas mis libertades, menos la libertad de decidir como voy a reaccionar ante una situación.
El Señor quiere enseñarte sus caminos. Su camino es bueno y si lo tomas Él te dará la actitud correcta que te ayudará a enfrentar cualquier situación o circunstancia que se te presente, porque El Señor estará contigo.
¿Cuál es tu situación hoy? ¿Cuál es tu decisión? ¿Cuál es tu actitud?
Salmos 18:30
El camino de Dios es perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza; ¡Dios protege a cuantos en él confían!
Salmos 32:8
El Señor dice: Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir.
Salmos 143:8
Por la mañana hazme saber de tu amor, porque en ti he puesto mi confianza. Hazme saber cuál debe ser mi conducta, porque a ti dirijo mis anhelos.
Proverbios 20:24
El Señor dirige los pasos del hombre; nadie conoce su propio destino.
Mateo 7:13-14
Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.
Mateo 21:32
Porque Juan el Bautista vino a enseñarles el camino de la justicia, y ustedes no le creyeron; en cambio, esos cobradores de impuestos y esas prostitutas sí le creyeron. Pero ustedes, aunque vieron todo esto, no cambiaron de actitud para creerle.
Mateo 22:16
Así que mandaron a algunos de sus partidarios, junto con otros del partido de Herodes, a decirle: Maestro, sabemos que tú dices la verdad, y que enseñas de veras el camino de Dios, sin dejarte llevar por lo que diga la gente, porque no hablas para darles gusto.
Juan 14:6
Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.
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