sábado, 12 de marzo de 2011

¿Estamos De Mal Humor?

Cuando estamos de mal humor tenemos una actitud o disposición negativa e irritada, tenemos un "no" para cada "sí" y un pesimismo para cada ocasión de optimismo. Andamos por la vida con la cara larga, lo miramos todo a través de lentes grises y estamos siempre enojados.

¿Qué nos pone de mal humor?: Los problemas, el trabajo, las finanzas personales, las relaciones personales, las responsabilidades, la salud, las relaciones sentimentales, los fracasos, las adversidades, la falta de seguridad, la ausencia de comodidad, etc.

Sin embargo, la pregunta es: ¿De qué nos sirve estar de mal humor? ¿En que nos ayuda estar malhumorados? ¿Puede el mal humor cambiar las situaciones que nos han afectado? ¿Tener como compañero el mal humor, nos hace progresar, avanzar y crecer? ¿Cuál es la finalidad de estar de mal humor?

Somos muy tontos al usar algo que es totalmente inútil y que no nos sirve para nada. Si no nos ayuda en nada ¿Por qué lo usamos? ¿Para qué lo usamos? En la vida, en cada momento, en cada instante, debemos hacer lo que hay que hacer, con la mejor actitud posible. Este principio nos llevará al éxito y nos proveerá de salud.

Podemos estar seguros de que el mal humor nos lleva directo al fracaso y nos enferma. Por lo tanto, no bebamos en sus aguas. Además, si le dedicamos tiempo a darle gracias a Dios por sus bendiciones que hemos recibido y por lo males de los que El Señor que nos ha librado, no nos quedará tiempo para quejarnos, ni para estar de mal humor.

Cuando tenemos una verdadera relación personal con Nuestro Señor, Su Espíritu produce en nosotros: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.

Mateo 5:21-26
Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: No mates, pues el que mate será condenado. Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno. Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda. Si alguien te lleva a juicio, ponte de acuerdo con él mientras todavía estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.

Mateo 19:13-14
Llevaron unos niños a Jesús, para que pusiera sobre ellos las manos y orara por ellos; pero los discípulos comenzaron a reprender a quienes los llevaban. Entonces Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.

1 Corintios 13:4-6
Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad.

2 Corintios 12:2
Porque temo que cuando vaya a verlos, quizá no los encuentre como quisiera, y que tampoco ustedes me encuentren a mí como ustedes quisieran. Temo que haya discordias, envidias, enojos, egoísmos, chismes, críticas, orgullos y desórdenes.

Gálatas 5:19-23
Es fácil ver lo que hacen quienes siguen los malos deseos: cometen inmoralidades sexuales, hacen cosas impuras y viciosas, adoran ídolos y practican la brujería. Mantienen odios, discordias y celos. Se enojan fácilmente, causan rivalidades, divisiones y partidismos. Son envidiosos, borrachos, glotones y otras cosas parecidas. Les advierto a ustedes, como ya antes lo he hecho, que los que así se portan no tendrán parte en el reino de Dios. En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley.

Efesios 4:26
Si se enojan, no pequen; que el enojo no les dure todo el día.

Efesios 4:31
Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad.

Colosenses 3:8
Pero ahora dejen todo eso: el enojo, la pasión, la maldad, los insultos y las palabras indecentes.

1 Timoteo 2:8
Así pues, quiero que los hombres oren en todas partes, y que eleven sus manos a Dios con pureza de corazón y sin enojos ni discusiones.

Santiago 1:19-20
Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse. Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios.

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