viernes, 25 de marzo de 2011

El Paradigma Del Tiempo

¿Cuántos años has vivido? ¿Cuántos te quedan por vivir? ¿Sabes la respuesta? Cuando una persona es joven piensa que le queda mucho tiempo y puede "comerse" los años con cierto descuido. Pero cuando una persona es de edad avanzada, sabe que le quedan pocos años y tiende a tener mucho más cuidado en la forma de invertir su tiempo. Sin embargo, eso es un paradigma porque nadie sabe realmente cuanto tiempo le queda por vivir. Por esa razón todos deberíamos invertir nuestro tiempo con mucho cuidado y con el debido respeto al regalo que representa cada día de vida. Nadie sabe cuando le toca partir de este mundo.

Renunciemos a invertir nuestro tiempo en:
  1. Las mediocridades de construir egos.
  2. Tomar ventaja sobre alguien para aprovecharnos de esa persona.
  3. Sentir envidia.
  4. Participar en chismes, murmuraciones y campañas de descrédito.
  5. Desear, anhelar y apropiarnos de lo que es de otros.
  6. Proyectos de megalomanía y actividades hipócritas de caridad o para salvar al mundo.
  7. Reuniones donde nunca se logra nada, porque se discuten los títulos y no los contenidos.
  8. Hacer cosas propias de la inmadurez espiritual.
  9. Luchar por fama, reconocimiento y poder.
  10. Buscar desesperadamente y con avaricia, la riqueza material.

Nuestro tiempo es escaso independientemente de la edad que tengamos. Nuestra alma debe tener prisa en invertir el tiempo con sabiduría.

Decidamos invertir nuestro tiempo en:
  1. Brindar amor sin reservas, límites o fraudes.
  2. Vivir como hermanos ayudándonos y sirviéndonos los unos a los otros.
  3. Relacionarme con las personas de corazón a corazón.
  4. Aprender lo que es la compasión y la misericordia.
  5. Actuar sin miedo al fracaso, la enfermedad o la muerte.
  6. Lograr triunfos que no alimenten nuestra vanidad, orgullo y soberbia.
  7. Trabajar sin buscar ser los elegidos.
  8. Asumir nuestras responsabilidades.
  9. Fortalecer mi espíritu y crecer espiritualmente.
  10. Andar de la mano de nuestro Padre celestial por el camino que Él nos ha mandado.

Nuestra meta debe ser, llegar al final de nuestra vida satisfechos con lo que hicimos con el tiempo que tuvimos, para encontrarnos en paz con nuestro Padre celestial ¿Es esa tu meta? Piénsalo, porque igualmente, algún día, llegarás al final de tu vida.

Mateo 6:25-34
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.

Mateo 7:12-14
Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas. Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.

Mateo 10:39
El que trate de salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa mía, la salvará.

Mateo 13:18-23
Escuchen, pues, lo que quiere decir la parábola del sembrador: Los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden, son como la semilla que cayó en el camino; viene el maligno y les quita el mensaje sembrado en su corazón. La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y lo reciben con gusto, pero como no tienen suficiente raíz, no se mantienen firmes; cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, fallan. La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de esta vida les preocupan demasiado y el amor por las riquezas los engaña. Todo esto ahoga el mensaje y no lo deja dar fruto en ellos. Pero la semilla sembrada en buena tierra representa a los que oyen el mensaje y lo entienden y dan una buena cosecha, como las espigas que dieron cien, sesenta o treinta granos por semilla.

Mateo 16:26
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida?

Santiago 4:1-8
¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? Pues de los malos deseos que siempre están luchando en su interior. Ustedes quieren algo, y no lo obtienen; matan, sienten envidia de alguna cosa, y como no la pueden conseguir, luchan y se hacen la guerra. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios; y si se lo piden, no lo reciben porque lo piden mal, pues lo quieren para gastarlo en sus placeres. ¡OH gente infiel! ¿No saben ustedes que ser amigos del mundo es ser enemigos de Dios? Cualquiera que decide ser amigo del mundo, se vuelve enemigo de Dios. Por algo dice la Escritura: Dios ama celosamente el espíritu que ha puesto dentro de nosotros. Pero Dios nos ayuda más con su bondad, pues la Escritura dice: Dios se opone a los orgullosos, pero trata con bondad a los humildes. Sométanse, pues, a Dios. Resistan al diablo, y este huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! ¡Purifiquen sus corazones, ustedes que quieren amar a Dios y al mundo a la vez!

Santiago 4:13-17
Ahora oigan esto, ustedes, los que dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y allí pasaremos un año haciendo negocios y ganando dinero, ¡y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece. Lo que deben decir es: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. En cambio, ustedes insisten en hablar orgullosamente; y todo orgullo de esa clase es malo. El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.

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