Hay personas que brillan y otras que las hacen brillar. Siempre vemos a las estrellas de cine pero nunca vemos a los maquilladores, vestuaristas, iluminadores, camarógrafos y todo el equipo de personas que están allí sólo para hacerlos brillar. Vemos a los políticos pero nunca vemos a los que les escriben los discursos, los que hacen las relaciones públicas, los asesores de imagen y a todo el grupo de personas que sólo están para hacerlos brillar.
Podríamos hacer el mismo ejemplo con las estrellas deportivas, los magnates financieros y empresariales, los jefes militares, famosos académicos, destacados científicos, líderes religiosos, escritores exitosos y en general todos aquellos que se destacan y brillar, siempre teniendo el apoyo de aquellos que los ayudan para destacar y brillar.
La pregunta es: quieres brillar o hacer brillar a otros. Quieres servir o ser servido. Nuestra naturaleza humana nos lleva siempre a querer destacar, brillar y ser servidos. Pero la humildad que Jesús nos enseñó nos debe llevar a querer servir y apoyar a otros que van a brillar y destacar. Sin envidia. Sin sentir que somos menos porque ayudamos a que otros brillen. Estando contentos con ser miembros del equipo y sin buscar la manera de quedarnos con la posición de capitán.
Dios no hace a nadie para que sobre en éste mundo. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y ninguna labor es menospreciable. Los que brillan y destacan, nunca lo podrían hacer sin el apoyo de su equipo. Si eres alguien que le tocó brillar, ama a tu equipo de apoyo y no lo desprecies. Y aunque ahora brillas, debes estar preparado y listo para en tu turno, ayudar a hacer brillar a otros.
Esa es la humildad cristiana. Lo que Jesús nos enseñó.
Mateo 20:25-28
Pero Jesús los llamó, y les dijo: Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud.
Mateo 23:11-12
El más grande entre ustedes debe servir a los demás. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.
Marcos 9:33-35
Llegaron a la ciudad de Cafarnaúm. Cuando ya estaban en casa, Jesús les preguntó: ¿Qué venían discutiendo ustedes por el camino? Pero se quedaron callados, porque en el camino habían discutido quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos.
Juan 13:15-17
Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. Les aseguro que ningún servidor es más que su señor, y que ningún enviado es más que el que lo envía. Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario