La verdadera amistad es confiable porque siempre sabemos dónde está y cuando la necesitemos estará allí. Aunque el contacto sea poco frecuente o lejano, aún así sabemos que cuando la necesitemos, estará allí. Nunca existirán dudas, ni factores desconocidos, ni engaños, ni confianza excesiva. Siempre estará allí, nunca olvida y nunca desaparece.
La verdadera amistad guía y ayuda con dirección. Nos llevan y si es necesario nos traen de regreso. Siempre es necesaria, siempre acompaña, siempre apoya, siempre recuerda y siempre tiene tiempo. Cuando hay dificultad, necesidad, adversidad, tristeza o dolor, siempre aparece.
La verdadera amistad es un tesoro. Nunca es pérdida ni carga. Es un tesoro de amor real y verdadero, compañía y respeto. No nos dediquemos solamente a desarrollar relaciones, trabajemos para lograr amistad. Dar siempre es mejor que recibir. Ocupémonos de dar amistad como la que se describe aquí.
Juan 15:13
El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos.
Juan 15:15
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho.
Mateo 11:19
Luego ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen que es glotón y bebedor, amigo de gente de mala fama y de los que cobran impuestos para Roma. Pero la sabiduría de Dios se demuestra por sus resultados.
Lucas 5:20
Cuando Jesús vio la fe que tenían, le dijo al enfermo: Amigo, tus pecados quedan perdonados.
Lucas 12:4
A ustedes, amigos míos, les digo que no deben tener miedo de los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más.
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