Más allá de todo programa o tratamiento de belleza y de la cirugía estética, hay un tratamiento universal para hacernos hermosos a todos sin excepción: El amor es el mejor embellecedor conocido y es infalible porque la verdadera belleza sale de adentro.
Aunque recorramos el mundo entero buscando la belleza, si no la llevamos con nosotros y dentro de nosotros, jamás la encontraremos porque no la sentiremos y no la veremos. El Mundo se llena de belleza cuando el corazón está lleno de amor.
El Mundo fue creado con amor y diseñado para estar lleno de amor. Por eso, el mundo no funciona sin amor. Podemos llegar a creer la mentira de que el mundo no necesita de amor. Pero si observamos a nuestro alrededor y si leemos la historia del mundo, confirmaremos que el mundo sin amor es un mundo feo, sin ninguna belleza, sin nada apetecible e indeseable.
Nuestra misión es llenar el mundo con amor. Pero primero necesitamos aplicarnos el tratamiento a nosotros mismos. Llénate de amor. Dios es amor. ¡Llénate de Él!
Salmos 34:46
Recurrí al Señor, y él me contestó, y me libró de todos mis temores. Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. Este pobre gritó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias.
Proverbios 15:13
Corazón alegre, cara feliz; corazón enfermo, semblante triste.
Proverbios 27:19
Así como las caras se reflejan en el agua, así también los hombres se reflejan en su mente.
Juan 15:9
Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo.
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