En la vida siempre tienes dos maneras de vivir. Cada día puedes optar por dos caminos. Cada mañana al despertar tienes dos opciones:
Puedes elegir el amor o el odio.
Puedes elegir la alegría o la tristeza.
Puedes elegir la paz o la contienda y la guerra.
Puedes elegir la paciencia o la impaciencia.
Puedes elegir la bondad o la maldad.
Puedes elegir la amabilidad o la descortesía.
Puedes elegir la amistad o la enemistad.
Puedes elegir la fidelidad o la infidelidad.
Puedes elegir la humildad o el orgullo y la soberbia.
Puedes elegir el dominio propio o hacer lo que te provoque.
Puedes elegir la confianza o el temor.
Puedes elegir la esperanza o la desesperanza.
Puedes elegir la fe o la vista.
Puedes elegir la verdad o la mentira.
Puedes elegir la obediencia o la desobediencia.
Puedes elegir el espíritu o la carne.
Puedes elegir la vida o la muerte.
Puedes elegir la victoria o la derrota.
Puedes elegir la luz o las tinieblas.
Puedes elegir seguir a Jesucristo o al enemigo.
Todo en la vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección.
Te lo pueden quitar todo el la vida, menos tu libertad de decidir como reaccionar ante cada situación.
Esa es tu máxima libertad y tu libre albedrío. En resumen: Tú eliges como vivir la vida.
¿Qué camino vas a escoger? El camino de Jesús o…
Mateo 7:12-14
Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas. Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.
Mateo 22:37-40
Jesús le dijo: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a este; dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas.
Mateo 28:19-20
Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
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