Algunas circunstancias llegan a nuestra vida para servir a un propósito, para enseñarnos una lección, para descubrir quienes somos en realidad y cuando esas circunstancias llegan, sabemos y comprendemos que afectarán nuestra vida de una manera determinante. Muchas veces esas circunstancias nos parecen horribles, dolorosas e injustas, pero si no las superamos, nunca conoceremos todo nuestro potencial, toda nuestra fuerza y el poder de nuestra voluntad y la determinación de nuestro corazón.
Las adversidades ocurren para desarrollar toda la grandeza de nuestro ser interior. La vida fácil cómoda y segura, no desarrolla a las personas. Son las circunstancias adversas las que moldean nuestra vida para hacer de nosotros las personas que Dios quiere que seamos y por eso afectan nuestra vida. La vida que vivimos y experimentamos crea la persona que somos. Son los condimentos necesarios para formarnos y hacernos crecer. Por eso hagamos que cada día cuente y apreciemos cada vivido, aprendiendo todo lo que podamos aprender. Cada momento cuenta. El presente es el que cuenta para aprender. Quizás más adelante no tengamos la oportunidad.
Escuchemos con el corazón las circunstancias que nos rodean y prestemos atención. Pidamos ayuda a nuestro Padre celestial para que podamos comprender la lección y aprenderla. Así nos liberaremos de la experiencia y podremos continuar hacia arriba, hacia adelante, hacia el logro de nuestras metas y hacia el éxito de convertirnos en las personas que Dios quiere que seamos. Mantengamos nuestra cabeza erguida porque tenemos todo el derecho a hacerlo. Aceptemos que somos personas extraordinarias porque hemos sido creados a la imagen de Dios mismo.
Génesis 1:26-27
Entonces dijo: Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo. Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó.
Juan 1:12-13
Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.
Juan 16:33
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
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