¿Has visto el fuego? Probablemente lo has visto en una fogata, una hoguera, una chimenea, o algo similar. ¿Has visto cómo danzan las llamas en torno a la leña o al carbón? Es algo que nos atrapa en una especie de hipnosis y que nos mantiene absortos viendo las llamas por largo rato.
Es probable que también hayas notado que hay unas brasas son más incandescentes que otras, pero independientemente de su incandescencia, todas están juntas y se alimentas unas de otras, consumiéndose poco a poco, pero todas juntas. También seguramente has notado que si hay brasas que se separan del montón de brasas, pierden su fuerza y al estar aisladas ya no se alimenta del grupo y tiende a apagarse. Sin embargo, al colocarla de vuelta junto al grupo de brasas vuelve a tomar fuerza y recobra su incandescencia.
Así somos las personas. Juntos tenemos más fuerza, brillamos más, nos alimentamos unos de otros y somos más fuertes juntos que separados. Cuando optamos por aislarnos y separarnos del grupo, perdemos fuerza, inevitablemente nos debilitamos y nuestra llama se apaga, porque Dios nos creó para vivir juntos en grupos. Somos una especie gregaria.
Este efecto se cumple en todas las esferas: en la familia, en la comunidad, en el trabajo, en la iglesia y en cualquier grupo en el que participemos por nacimiento, proximidad, intereses comunes, ideales comunes o necesidad. Mientras nos mantengamos juntos, seremos más fuertes y brillaremos más. Depende de nosotros mantener la incandescencia de la brasa y la llama.
Esto funciona perfectamente bien en el ámbito de las relaciones personales del mundo. ¿Qué sucede en el ámbito espiritual? ¿Hay alguna unión espiritual que necesitemos para poder mantener la brasa, fortalecernos y brillar? Jesús nos responde esta pregunta:
Juan 15:47
Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí. Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego. Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará.
Juan 17:21-23
Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa: yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
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