Sus hijos no son sus hijos.
Son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de sí misma.
Vienen a través de ustedes; mas, no de ustedes y aunque vivan con ustedes, no les pertenecen.
Pueden darles su amor; mas, no sus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Pueden albergar sus cuerpos; mas, no sus almas, porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños les será dado visitar.
Pueden esforzarse por ser como ellos; mas, no intenten hacerlos como ustedes porque la vida no da marcha atrás, ni se detiene en el ayer.
Ustedes son el arco por medio del cual sus hijos son disparados como flechas vivas.
El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito y dobla el arco con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.
Que el hecho de estar en manos del arquero sea para su dicha, porque así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece firme.
Por eso ustedes tuvieron la libertad de amar y la oportunidad de vivir y hacer su vida.
Dejen que sus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no les reclamen para que vuelvan.
Ellos los querrán por siempre y tendrán también su nido, en el cual algún día, ellos solos quedarán, pero habrá sido su nido y su vida.
Déjenlos libres.
Ámenlos con libertad, no apaguen el fuego de su hogar, vivan y dejen vivir, así ellos siempre los querrán.
Gibrán Jalil Gibràn
Mateo 5:48
Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.
Mateo 23:9
Y no llamen ustedes padre a nadie en la tierra, porque tienen solamente un Padre: el que está en el cielo.
Juan 3:6
Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu.
Efesios 6:14
Hijos, obedezcan a sus padres como agrada al Señor, porque esto es justo. El primer mandamiento que contiene una promesa es este: Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y vivas una larga vida en la tierra. Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor.
Colosenses 3:20-21
Hijos, obedezcan en todo a sus padres, porque esto agrada al Señor. Padres, no hagan enojar a sus hijos, para que no se desanimen.
Hebreos 12:6-11
Porque el Señor corrige a quien él ama, y castiga a aquel a quien recibe como hijo. Ustedes están sufriendo para su corrección: Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? Pero si Dios no los corrige a ustedes como corrige a todos sus hijos, entonces ustedes no son hijos legítimos. Además, cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y los respetábamos. ¿Por qué no hemos de someternos, con mayor razón, a nuestro Padre celestial, para obtener la vida? Nuestros padres aquí en la tierra nos corregían durante esta corta vida, según lo que les parecía más conveniente; pero Dios nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos como él. Ciertamente, ningún castigo es agradable en el momento de recibirlo, sino que duele; pero si uno aprende la lección, el resultado es una vida de paz y rectitud.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
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