miércoles, 4 de agosto de 2010

¿Sabes Amarte?

¿SABES AMARTE?
 
Jesús dijo que amáramos a otros como nos amamos a nosotros mismos, porque el tipo apropiado de amor propio nos capacita para amar a otros. La pregunta es: ¿Qué tanto te amas? ¿Sabes amarte?
 
¿Amas tu cuerpo físico lo suficiente como para: abrocharte el cinturón de seguridad en tu vehículo, dejar de fumar, beber con moderación, decir “No” a las drogas, dormir bien, alimentarte sanamente, hacer ejercicios, llevar una vida sexual ordenada y hacerte chequeos médicos regularmente? ¿O nada de eso te importa?
 
¿Amas tu mente lo suficiente como para: evitar lecturas, páginas Web, programas de TV, videos, películas, conversaciones y actividades que contaminen tu mente? ¿Aceptarte como eres, creer en ti, perdonar, pedir perdón y aceptarlo? ¿O eres indiferente?
 
¿Amas tu espíritu lo suficiente como para: amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, buscarlo en oración diariamente, buscar Su palabra en la Biblia para obedecerla sin vacilar y arrepentirte de tu manera de actuar que es contraria a Su palabra? ¿Aceptar la voluntad de Dios, sea cual sea? ¿Contentarte con la provisión diaria que Dios te da? ¿Reunirte con otras personas que comparten tu decisión de buscar a Dios para fortalecerse mutuamente? ¿O eso es mucho para ti?
 
“El amor propio”, en el sentido que lo estamos usando aquí significa: invertir tiempo y esfuerzo en nuestro propio desarrollo de manera que realmente estemos alimentados en todos los aspectos físicos, mentales y espirituales. Que nos cuidemos y protejamos de todo lo que nos perjudica, ataca y destruye, y que sin lugar a dudas nos amemos a nosotros mismos, de verdad. Así y sólo así, estaremos preparados para amar y ayudar a otros, porque no podemos dar lo que no tenemos. Cuando nos amamos a nosotros mismos nos capacitamos para amar a otros como nos ordenó Cristo.
 
Si quieres ser obediente a Dios, comienza con obedecerlo en el mandamiento más importante. Además, debemos amarnos los unos a los otros tal y como Él nos ama a nosotros. Si Dios te ama, ¿Cómo puedes no amarte a ti mismo? Si Él nos ama a todos, ¿Cómo puedo yo no amar a mi prójimo?
 
Juan 15:9-17
Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.
 
Mateo 22:37-40
Jesús le dijo: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a este; dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas.
 
 
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
 
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8

Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa. 

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