miércoles, 25 de agosto de 2010

Opta Por El Perdón

Opta Por El Perdón
                                 
Dios nos manda a perdonar, porque es necesario, bueno para nosotros y perfectamente posible. Perdonar es como liberar a un prisionero, y descubrir que el prisionero era uno mismo. Perdonar es difícil, ya que por naturaleza uno quiere desquitarse de lo sufrido y a veces nos confundimos porque el perdón puede entenderse como opuesto a la justicia por su apariencia de “concesión”. Esto nos lleva a persistir en la ira, castigando a los demás una y otra vez en nuestros pensamientos por el dolor que nos han causado.
 
Veamos los motivos por los que el perdón es necesario y bueno para nosotros:
 
1.     Olvidar no es perdonar: El que quiera olvidar lo que le han hecho descubrirá que no puede. Los pensamientos y heridas vuelven de vez en cuando. La curación no puede empezar hasta que se perdona.
2.     Perdonar es una decisión personal: Dios dice que nunca hay que tomarse la justicia por la propia mano. Confía en que Él tratará de forma justa a quien te ha agraviado.
3.     Perdona por tu bien, para ser libre: El perdón es ante todo una cuestión de obediencia a Dios. Él quiere que seas libre. Él quiere que tu herida sane.
4.     Perdonar es aceptar las consecuencias de los errores y equivocaciones ajenos: Hay que acostumbrarse a esas consecuencias, aunque no nos gusten. Hay que decidir entre hacerlo en la esclavitud del resentimiento o en la libertad del perdón. Te preguntarás dónde entra en juego la justicia. La justicia se encuentra en la cruz, que hace el perdón justo desde el punto de vista legal y moral.
5.     No esperes a que el otro te pida perdón: Jesús no esperó a que le pidieran perdón los que lo crucificaron para perdonarlos. Rogó: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34).
6.     Perdona de corazón: Con demasiada frecuencia tenemos miedo al dolor, y esto nos lleva a enterrar las emociones muy adentro. Dejemos que Dios las saque a la superficie para que pueda empezar a sanar el daño emocional.
7.     Perdonar es optar por no guardar rencor a quien nos hizo mal: Deja atrás el pasado, niégate a sacar a relucir rencillas viejas con quien te agravió o con otros que te quieran escuchar. Rechaza todo pensamiento vengativo.
8.     No esperes a tener deseos de perdonar: Jamás los tendrás. Toma la difícil decisión de perdonar aunque no te apetezca. Una vez que decidas perdonar, Satanás perderá poder sobre ti en ese sentido, y el toque sanador de Dios tendrá libertad para actuar.
 
Perdonar a los enemigos no es señal de ser pusilánime, sino de poseer un alma fuerte. Además está dentro del principio de la siembre y la cosecha. Para ser perdonado hay que perdonar. Si Dios nos perdona ¿Quienes somos nosotros para no perdonar?
 
Haz esta oración: Señor, opto por perdonar a (nombre de la persona) por (lo que haya hecho) aunque me haya hecho sentir (expresa el sentimiento doloroso). Elijo, Señor, dejar de guardar rencor a (nombre). Te doy gracias por librarme de la esclavitud del resentimiento hacia (nombre). Te pido que bendigas a (nombre) y te pido que me reveles cualquier otra persona a quien deba perdonar y que en este momento no recuerde. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
 
Mateo 6:12
Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal.
 
Mateo 6:14-15
Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.
 
Mateo 18:21-35
Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús: Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete? Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó: Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo. Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad. Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: ¡Págame lo que me debes! El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: ¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti. Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía. Jesús añadió: Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.
 
Mateo 26:28
Porque esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados.
 
Marcos 11:25
Y cuando estén orando, perdonen lo que tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.
 
Lucas 6:37
No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará.
 
Lucas 23:34
Jesús dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y los soldados echaron suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.
 
 
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
 
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8

Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa. 

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