¿Violencia Allá o Aquí?
La historia del hombre está llena de violencia. ¿Cómo están las cosas hoy en día? ¿Qué tanto hemos crecido? ¿Qué tanto nos hemos desarrollado como civilización? Los seres humanos que habitamos la tierra actualmente, ¿hemos cambiado? ¿Somos más pacíficos? ¡Pues no! Se sigue sufriendo de violencia y de mucha violencia. Se habla de combatirla pero en realidad no hacemos mucho al respecto. ¡Cuántos organismos, conferencias y discusiones procuran detener esta plaga en tal o cual punto del mundo!
Sin embargo, la violencia no es solo una cuestión de política internacional. En la escala local: ¿Cómo están interactuando los partidos políticos? ¿Cómo estamos comportándonos dentro de nuestras ciudades? ¿Cómo están las relaciones entre los vecinos? ¿Cómo nos tratamos en las calles? ¿Cómo manejamos en el tráfico? ¿Qué pasa en las escuelas? ¿Incluso dentro de las familias? Todos quisiéramos que desapareciese la violencia… pero la de allá afuera. No hacemos nada por la violencia que tenemos aquí adentro. Aquí, cerca de nosotros. Es un doble estándar. Queremos combatir la violencia lejana, pero fomentamos o no hacemos nada por la que tenemos al lado.
Dios es perfectamente consciente de los sufrimientos de la humanidad. Es paciente, pero se acerca el día en que pedirá cuenta a los hombres. Sacará a luz todos nuestros hechos. No juzgará según las leyes humanas que a veces son tan injustas permitiendo actos que Dios condena.
Si analizamos la situación honestamente, aun nuestra conciencia nos acusa. Pero quien reconoce que ha pecado y le da la razón a Dios en esto, sabe que Él dio una solución que es única: Jesucristo. Si seguimos a Jesús y nos mantenemos dentro de sus principios y valores y obedecemos “todo” lo que nos mandó, entonces caminaremos por la senda que conduce a la paz. Es sencillo: Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas. (Mateo 7:12)
Salmos 11:5
El Señor vigila a justos y a malvados, y odia con toda su alma a los que aman la violencia.
Isaías 13:11
El Señor dice: Voy a castigar al mundo por su maldad, a los malvados por sus crímenes. Voy a terminar con la altanería de los orgullosos, voy a humillar a los soberbios e insolentes.
Ezequiel 7:10-11
¡Aquí está el día! ¡Ya llegó! ¡Vino la destrucción! La maldad triunfa por todas partes y es mucha la insolencia. La violencia aparece y produce maldad. Pero ellos no lograrán nada con sus riquezas y su griterío. No hay en ellos nada de valor.
Ezequiel 34:45
Ustedes no ayudan a las ovejas débiles, ni curan a las enfermas, ni vendan a las que tienen alguna pata rota, ni hacen volver a las que se extravían, ni buscan a las que se pierden, sino que las tratan con dureza y crueldad. Mis ovejas se quedaron sin pastor y se dispersaron, y las fieras salvajes se las comieron.
Mateo 5:9
Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
Marcos 9:50
La sal es buena; pero si deja de estar salada, ¿cómo podrán ustedes hacerla útil otra vez? Tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros.
Juan 14:27
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
Juan 16:33
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
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