sábado, 10 de julio de 2010

Tolerancia

Tolerancia
 
Vivimos en una sociedad donde la tolerancia es sinónimo de desarrollo cultural y social, siendo una parte fundamental de la flexibilidad necesaria para poder movernos dentro de las nuevas fronteras abiertas por el humanismo. Cualquier posición que cuestione la tolerancia actual, es inmediatamente tomada como un signo de “intolerancia e inflexibilidad” y un ataque frontal contra la cultura y la sociedad del nuestro mundo “desarrollado”.
 
La tolerancia es una forma de pensamiento que se va extendiendo cada vez más, siendo abiertamente enseñada y aceptada por la mayoría de la gente. Si estudiamos la historia del mundo, podemos comprender por que hay personas bien intencionadas que promueven la tolerancia y definitivamente en la tolerancia hay principios importantes que cuidan valores que deben ser preservados. Sin embargo, lo que sucede es que hay una gran confusión que nos ha llevado a un caos moral.
 
Tolerancia significa no atacar ni perseguir a nadie por sus ideas y preferencias políticas, sexuales, religiosas o nivel social. Tolerancia significa amar al prójimo. Tolerancia “no” significa fomentar esas ideas y preferencias. Hemos pasado de la infame intolerancia, a la necesaria tolerancia, pero de ahí, seguimos para llegar finalmente a la sociedad promotora de las ideas, estilos y preferencias propias de algunos grupos, pero no compartidas por toda la colectividad.
 
Parece que como sociedad no queremos rendir cuentas a nadie y que cada uno quiere hacer lo que mejor le parece. Peor aún, hemos dejado a Dios fuera del tema y preferimos ignorarlo. ¿Dónde están los principios fundamentales en los que debe basarse nuestra sociedad? También podemos comprender que en el pasado algunos grupos abusaron de la sociedad bajo la falsa premisa de “lo que Dios manda” y eso causó mucho daño e hizo que algunos no quisieran que les hablaran de Dios para discutir principios y valores.
 
Sin embargo, si leemos los evangelios sin ningún prejuicio religioso, si digerimos el sermón del monte sin el lastre de la tradición religiosa, conseguiremos el más precioso y valioso tesoro de principios fundamentales para llevar nuestra sociedad hacia delante y con los valores que deberíamos perseguir y acumular. No es exagerado decir que nuestro desarrollo social nos ha llevado a un caos total. Los países más desarrollados muestran las más altas tasas de suicidio juvenil, la depresión es la enfermedad más común del siglo 21, tenemos el peor enfoque posible del sexo, abusamos de las drogas, no mostramos ningún respeto por la vida humana y el dios dinero ha hecho de la corrupción algo de moda. ¿A dónde vamos? Necesitamos un cambio.
 
Volvámonos de nuevo a Dios. Promovamos Sus principios y valores. Pero no estoy hablando de un dios de religión, ni principios y valores religiosos. Desaprendamos lo que aprendimos. Vamos a la fuente inagotable de luz, a la fuente de agua de vida. Busquemos a Jesús. No escuchemos a hombres. Escudriñemos lo que dijo Jesús y sigámoslo.

Seamos tolerantes como muestra de nuestro amor a Dios y al prójimo, pero no seamos permisivos ni promotores de principios y valores que nos empujan definitivamente fuera de ese amor a Dios y al prójimo.
 
Mateo 19:17
Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.
 
Mateo 28:19-20
Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
 
Lucas 9:25
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se destruye a sí mismo?
 
Lucas 11:28
Él contestó: ¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen!
 
Juan 12:46
Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no se queden en la oscuridad.
 
Juan 14:15
Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
 
Juan 14:21
El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.
 
Juan 14:23
Jesús le contestó: El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.
 
Juan 15:10
Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
 
Juan 16:33
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
 
 
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
 
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8

Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa. 

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