martes, 20 de julio de 2010

Poder Engañoso

Poder Engañoso
 
¿Por qué nos apartamos de Dios? ¿Por qué queremos excluir a Dios en la fijación de las nuevas normas morales? Si queremos dejar de reconocer la autoridad de Dios y su potestad para fijar las reglas morales, entonces ya no respetamos a Dios e indirectamente no reconocemos su existencia. Es imposible desobedecer a Dios y mantener que creemos en Él y lo respetamos; y mucho menos podemos decir que lo amamos.
 
Decimos que creemos en Dios pero queremos ser autónomos y no rendirle cuentas. ¿Cómo es ese Dios en quien creemos? Nos hemos vuelto ateos y no nos hemos dado cuenta. Realmente nuestra sociedad ya no cree en Dios. Si creemos que Él es un Dios vivo, Creador de todo, Todopoderoso, Santo, Único Dueño de la Verdad y Modelo de Perfección, debemos obedecerlo sin vacilar. ¿Cómo no obedecerlo si sabemos quien es?
 
El gran pecado del ser humano es querer decidir lo que está bien y lo que está mal, tomando el lugar de Dios, para ser como Dios. El ser humano quiere el poder. El ser humano dios. El humanismo secular. Sin embargo, vemos como nuestra sociedad está declinando aceleradamente y como este humanismo secular no ha logrado resolver nada.
 
Esto pasa porque el ser humano no puede ser a la misma vez, juez y parte. Cuando somos juez y parte, vivimos para satisfacer nuestros propios deseos y caprichos. ¿Quién tiene derecho a decir qué se debe y qué no se debe hacer? Basándose en esas premisas, la gente acaba por hacer lo que la complace y lo que le viene en gana. Basta con observar el mundo de hoy para darse cuenta de las consecuencias de esa corriente de pensamiento. ¡Da miedo! Es por eso que necesitamos un ser superior a nosotros que determine el bien y el mal y juzgue sobre nosotros. Necesitamos a nuestro Creador. A nuestro Padre celestial.
 
En todo esto, ¿cuál es tu postura? No tienes por qué seguir la corriente general. Pídele a Dios que te ilumine y te guíe; te garantizo que lo hará. Luego simplemente actúa en consecuencia.
 
Génesis 2:15-17
Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, le dio esta orden: Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.
 
Génesis 3:16
La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer: ¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín? Y la mujer le contestó: Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos. Pero la serpiente le dijo a la mujer: No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios. La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió.
 
Juan 3:21
Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios.
 
Juan 14:23
Jesús le contestó: El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.
 
 
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
 
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8

Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa. 

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