Las Finanzas De Jesús
Las enseñanzas financieras de Jesucristo pueden ser confusas para el lector casual. Es necesario poner mucha atención para poder comprender el fondo del asunto. Entiendo que este es un tema muy poco popular porque a casi nadie le gusta escuchar las enseñanzas financieras de Jesús. Pero, escrito está.
Hay varias parábolas de Jesús que nos muestras los beneficios de la planificación, la prudencia, el ahorro y las inversiones. Si bien es cierto que estas parábolas de Jesús tienen primordialmente un mensaje espiritual, no podemos dejar de ver la excelente enseñanza que contienen, para el manejo de las finanzas.
Sin embargo, a pesar de esas enseñanzas que hablan de planificación, prudencia, ahorro e inversión, el mensaje financiero central de Jesús está dirigido al hecho de que no debemos aspirar a tener riquezas terrenales. ¿Entonces, hay aquí una contradicción? No, de ninguna manera. Nuestro Señor nos manda a multiplicar las riquezas, administrarlas muy bien y a ser prósperos, pero no para nuestro propio beneficio. Hay que utilizar esas riquezas terrenales para cumplir con Sus propósitos divinos. O sea, ¡Seamos excelentes generadores de riquezas y mejores administradores de esas riquezas que pertenecen a Nuestro Rey y que debemos utilizar para lo que Él nos mande!
¡Nuestro Señor es muy generoso, pero también es el mejor administrador del universo y quiere estar seguro de que cada centavo Suyo se utilice bien y para el propósito que Él tiene previsto!
Lucas 14:28-32
Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? De otra manera, si pone los cimientos y después no puede terminarla, todos los que lo vean comenzarán a burlarse de él, diciendo: Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar. O si algún rey tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a quien va a atacarlo con veinte mil? Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía lejos, le mandará mensajeros a pedir la paz.
Mateo 25:1-13
Sucederá entonces con el reino de los cielos como lo que sucedió en una boda: diez muchachas tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran despreocupadas y cinco previsoras. Las despreocupadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; en cambio, las previsoras llevaron sus botellas de aceite, además de sus lámparas. Como el novio tardaba en llegar, les dio sueño a todas, y por fin se durmieron. Cerca de la medianoche, se oyó gritar: ¡Ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo! Todas las muchachas se levantaron y comenzaron a preparar sus lámparas. Entonces las cinco despreocupadas dijeron a las cinco previsoras: Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando. Pero las muchachas previsoras contestaron: No, porque así no alcanzará ni para nosotras ni para ustedes. Más vale que vayan a donde lo venden, y compren para ustedes mismas. Pero mientras aquellas cinco muchachas fueron a comprar aceite, llegó el novio, y las que habían sido previsoras entraron con él en la boda, y se cerró la puerta. Después llegaron las otras muchachas, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Pero él les contestó: Les aseguro que no las conozco.
Mateo 25:14-30
Sucederá también con el reino de los cielos como con un hombre que, estando a punto de irse a otro país, llamó a sus empleados y les encargó que le cuidaran su dinero. A uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil y a otro mil: a cada uno según su capacidad. Entonces se fue de viaje. El empleado que recibió las cinco mil monedas hizo negocio con el dinero y ganó otras cinco mil monedas. Del mismo modo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que recibió mil fue y escondió el dinero de su jefe en un hoyo que hizo en la tierra. Mucho tiempo después volvió el jefe de aquellos empleados, y se puso a hacer cuentas con ellos. Primero llegó el que había recibido las cinco mil monedas, y entregó a su jefe otras cinco mil, diciéndole: Señor, usted me dio cinco mil, y aquí tiene otras cinco mil que gané. El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo. Después llegó el empleado que había recibido las dos mil monedas, y dijo: Señor, usted me dio dos mil, y aquí tiene otras dos mil que gané. El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo. Pero cuando llegó el empleado que había recibido las mil monedas, le dijo a su jefe: Señor, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no sembró y recoge donde no esparció. Por eso tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Pero aquí tiene lo que es suyo. El jefe le contestó: Tú eres un empleado malo y perezoso, pues si sabías que yo cosecho donde no sembré y que recojo donde no esparcí, deberías haber llevado mi dinero al banco, y yo, al volver, habría recibido mi dinero más los intereses. Y dijo a los que estaban allí: Quítenle las mil monedas, y dénselas al que tiene diez mil. Porque al que tiene, se le dará más, y tendrá de sobra; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil, échenlo fuera, a la oscuridad. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.
Mateo 6:24
Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
Mateo 19:23-24
Jesús dijo entonces a sus discípulos: Les aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Les repito que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.
Lucas 12:15-21
También dijo: Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas. Entonces les contó esta parábola: Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha. Y se dijo: Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida. Pero Dios le dijo: Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será? Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios.
Lucas 16:9-13
Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas. El que se porta honradamente en lo poco, también se porta honradamente en lo mucho; y el que no tiene honradez en lo poco, tampoco la tiene en lo mucho. De manera que, si con las falsas riquezas de este mundo ustedes no se portan honradamente, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas? Y si no se portan honradamente con lo ajeno, ¿quién les dará lo que les pertenece? Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
¿Quieres recibir la “Lectura Diaria” en tu buzón de correo electrónico? Por favor, entra en este link para suscribirte:
Igualmente puedes ver todas nuestras publicaciones en:
Derechos de Autor: “Siguiendo a Jesús” publica todas sus lecturas, otorgando todos los derechos de uso, copia, reproducción y distribución, de manera totalmente gratuita. El único requisito que se exige es que todas aquellas personas u organizaciones que usen, copien, reproduzcan o distribuyan estas lecturas, lo hagan igualmente de manera totalmente gratuita y sin obtener ningún tipo de beneficio material, ganancias económicas o rentabilidad.
Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario