Acumulación Absurda
Pareciera que estamos en una carrera por aprovisionarnos de cosas. Queremos tener el último modelo y con mucha variedad, si es posible, de todo aquello en que ponemos nuestros ojos: electrónica, muebles, adornos, relojes, joyas, accesorios, automóviles, casas, lentes de sol, ropa, equipos de sonido, viajes, comida gourmet, vinos y licores finos, etc. Se podría decir que esta moda de acumular es el nuevo paradigma de la prosperidad.
Sin embargo, existe ansiedad en el medio de ese paradigma. Para comenzar, esa acumulación de compras que hacemos, hace que nuestras finanzas se perjudiquen porque no todos tenemos la capacidad financiera para tener todas esas cosas, pero igual las quiero y entonces pido financiamiento, crédito, me endeudo y termino teniendo unos compromisos financieros que están por encima de mi capacidad real y ahí se inicia el proceso del stress y la ansiedad que sufro al tratar de distribuir mis ingresos. Es probable que al final deje de comprar algo que realmente era necesario porque tengo mi flujo de caja personal copado. Es la necesidad en el medio de la abundancia.
En otro análisis, habría que preguntarse si esta carrera por acumular cosas y estar siempre buscando tener el último modelo, el que está de moda y el que me hace lucir bien, es porque estamos intentando encontrar seguridad y llenar nuestros propios vacíos en la posesión material.
El Rey Salomón, el hombre más rico de la historia, cuando ya era viejo escribió en el capítulo 1 de Eclesiastés: Estos son los dichos del Predicador, hijo de David, que reinó en Jerusalén. ¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión! ¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar en este mundo? Unos nacen, otros mueren, pero la tierra jamás cambia. Sale el sol, se oculta el sol, y vuelve pronto a su lugar para volver a salir. Sopla el viento hacia el sur, y gira luego hacia el norte. ¡Gira y gira el viento! ¡Gira y vuelve a girar! Los ríos van todos al mar, pero el mar nunca se llena; y vuelven los ríos a su origen para recorrer el mismo camino. No hay nadie capaz de expresar cuánto aburren todas las cosas; nadie ve ni oye lo suficiente como para quedar satisfecho. Nada habrá que antes no haya habido; nada se hará que antes no se haya hecho. ¡Nada hay nuevo en este mundo! Nunca faltará quien diga: ¡Esto sí que es algo nuevo! Pero aun eso ya ha existido siglos antes de nosotros. Las cosas pasadas han caído en el olvido, y en el olvido caerán las cosas futuras entre los que vengan después. (Eclesiastés 1:1-11)
Dice luego Salomón en el capítulo 2: También me dije a mí mismo: Ahora voy a hacer la prueba divirtiéndome; voy a darme buena vida. ¡Pero hasta eso resultó vana ilusión! 2 Y concluí que la risa es locura y que el placer de nada sirve. Con mi mente bajo el control de la sabiduría, quise probar el estímulo del vino, y me entregué a él para saber si eso es lo que más le conviene al hombre durante sus contados días en este mundo. Realicé grandes obras; me construí palacios; tuve mis propios viñedos. Cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. Construí represas de agua para regar los árboles plantados; compré esclavos y esclavas, y aun tuve criados nacidos en mi casa; también tuve más vacas y ovejas que cualquiera otro antes de mí en Jerusalén. Junté montones de oro y plata, tesoros que antes fueron de otros reyes y de otras provincias. Tuve cantores y cantoras, placeres humanos y concubina tras concubina. Fui un gran personaje, y llegué a tener más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén. Además de eso, la sabiduría no me abandonaba. Nunca me negué ningún deseo; jamás me negué ninguna diversión. Gocé de corazón con todos mis trabajos, y ese gozo fue mi recompensa. Me puse luego a considerar mis propias obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y me di cuenta de que todo era vana ilusión, un querer atrapar el viento, y de que no hay nada de provecho en este mundo. (Eclesiastés 2:1-11)
Jesús nos advirtió acerca de la avaricia contándonos la historia de un hombre rico en el Evangelio de Lucas 12:1521
También dijo: Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas. Entonces les contó esta parábola: Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha. Y se dijo: Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida. Pero Dios le dijo: Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será? Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios.
La pobreza de propósitos es la peor pobreza que pueda haber.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
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