lunes, 14 de junio de 2010

¿Quieres Ser y Actuar Como Un Rey?

¿Quieres Ser y Actuar Como Un Rey?
 
¿Cómo debería actuar un Rey? ¿Qué se esperaría de él? Una vida de lujos y placeres, muchas riquezas, gran poder, muy respetado y temido, servido por todos sus súbditos, reconocido y famoso, adulado y exaltado por todos, al frente de grandes y poderosos ejércitos y recipiente de todos los honores.
 
Bueno pues, el Creador de todo visible e invisible, Rey de reyes, Señor de señores y Padre de todos, descendió del cielo, se hizo hombre y convivió entre nosotros. Veamos cómo este Gran Señor y Rey vivió entre nosotros:
 
1.     Y allí nació su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento para ellos en el mesón. (Lucas 2:7)
 
2.     Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y, aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del mundo no lo reconocieron. Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron. (Juan 1:10-11)
 
3.     Pues ¿quién es más importante, el que se sienta a la mesa a comer o el que sirve? ¿Acaso no lo es el que se sienta a la mesa? En cambio yo estoy entre ustedes como el que sirve. (Lucas 22:27)
 
4.     Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud. (Mateo 20:28)
 
5.     Digan a la ciudad de Sión: Mira, tu Rey viene a ti, humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga. (Mateo 21:5)
 
6.     El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. (Juan 13:35)
 
7.     Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo: ¿Entienden ustedes lo que les he hecho? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. (Juan 13:12-15)
 
8.     Fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado, sin abrir la boca, como una oveja cuando la trasquilan. (Isaías 53:7)
 
9.     También lo escupían, y con la misma vara le golpeaban la cabeza. Después de burlarse así de él, le quitaron la capa roja, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo. (Mateo 27:30-31)
 
10. También fueron crucificados con él dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Los que pasaban lo insultaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Tú ibas a derribar el templo y a reconstruirlo en tres días! ¡Si eres Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz! De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos. Decían: Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse. Es el Rey de Israel: ¡pues que baje de la cruz, y creeremos en él! Ha puesto su confianza en Dios: ¡pues que Dios lo salve ahora, si de veras lo quiere! ¿No nos ha dicho que es Hijo de Dios? hasta los bandidos que estaban crucificados con él, lo insultaban. (Mateo 27:38-44)
 
Si este es el ejemplo que nuestro Creador, Rey, Señor y Padre nos ha dado, ¿Por qué andamos siempre buscando lujos, placeres, riquezas, poder, fama, reconocimiento, honor y ser servidos?
 
Dice el Apóstol Pablo: Tengan unos con otros la manera de pensar propia de quien está unido a Cristo Jesús, el cual: Aunque existía con el mismo ser de Dios, no se aferró a su igualdad con él, sino que renunció a lo que era suyo y tomó naturaleza de siervo. Haciéndose como todos los hombres y presentándose como un hombre cualquiera, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz. (Filipenses 2:58)
 
El Todopoderoso y Señor supremo de toda la creación se convirtió en nuestro humilde Salvador.
 
Sigamos Su ejemplo y estemos dispuestos a servir a los demás.
 
 
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
 
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