martes, 29 de junio de 2010

Lindo Edificio

Lindo Edificio
 
De acuerdo con los escritos bíblicos, el rey Salomón construyó un templo (un edificio) en honor a Dios, para que el Señor habitara en ese templo. Sin embargo, como Salomón sabía que su templo no podría contener a Dios, le pidió al Señor que sus ojos estuvieran abiertos sobre el templo para que escuchara la oración de su pueblo cuando orara allí y el Señor se lo concedió.
 
O sea que, el templo es una edificación donde está la presencia de Dios para escuchar nuestras oraciones.
 
Aproximadamente 1.200 años, después de Salomón, Jesucristo dijo: Destruyan este templo, y lo levantaré de nuevo en tres días. Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? Pero el templo al que se refería era su propio cuerpo (Juan 2:1921). Con esta frase, Jesús comparó su cuerpo con el templo y en el mismo libro de Juan, capítulo 14, versículo 23, Jesús nos dice: El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él. Si la presencia de Dios está en nosotros al obedecer la palabra de Jesucristo, entonces nos convertimos en templo de Dios. En efecto, en la primera carta a los Corintios y en la carta a los Efesios, Pablo nos confirma que nuestros cuerpos son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en nosotros. ¡Él mora en el corazón humano! Los edificios no pueden contenerlo, ¡pero tu corazón contiene al Señor Jesucristo si lo amas y lo obedeces!
 
Ahora el templo somos nosotros y nuestros cuerpos son la edificación donde está la presencia de Dios para escuchar nuestras oraciones. ¡Nosotros somos el templo mismo de Dios! ¡Tú y yo! ¡Sus hijos, que vivimos con Él día tras día y tenemos nuestro propio corazón como sitio de adoración!
 
El otro concepto es el de iglesia. La palabra iglesia tiene raíces griegas y latinas que significan “asamblea”. Por lo tanto, la iglesia es la asamblea de creyentes, la masa de cristianos. Por eso Jesús dijo que edificaría su iglesia sobre Pedro, una persona sobre quien se formarían los grupos, las asambleas de sus seguidores.
 
A donde quiero llegar, es que podemos asistir a un edificio para participar en un culto, pero eso no significa que seamos templos del Espíritu de Dios. Si no amamos profundamente a Jesús y lo obedecemos sin reservas, su Espíritu no habitará en nosotros y no seremos su templo. La verdadera iglesia, la verdadera asamblea de cristianos, está formada por todos los que en su corazón llevan a Jesús. La iglesia está formada por templos.
 
La iglesia cristiana no necesita de edificios, ni de grandes templos hechos de manos humanas, ¡los cuales, de todas maneras, no pueden contener a Dios! ¡En lugar de construir edificios, salgamos y edifiquemos la verdadera Iglesia de Jesucristo en los corazones de los hombres! La iglesia primitiva de Pedro, Pablo y los demás apóstoles, no construyó ningún edificio y ha sido la experiencia más exitosa del cristianismo. ¡Vamos pues a conquistar corazones!
 
1 Reyes 5:5
Por lo tanto me propongo construir un templo en honor del Señor mi Dios, pues él le prometió a mi padre David: "Tu hijo, a quien pondré en el trono como sucesor tuyo, construirá el templo en mi honor."
 
1 Reyes 8:12-14
Entonces Salomón declaró: Señor, tú has dicho que habitarías en la oscuridad de una nube, y yo te he construido un excelso templo, un lugar donde habites para siempre.
 
1 Reyes 8:27-30
Pero ¿será posible, Dios mío, que tú habites en la tierra? Si los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido! Sin embargo, Señor mi Dios, atiende a la oración y a la súplica de este siervo tuyo. Oye el clamor y la oración que hoy elevo en tu presencia. ¡Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre este templo, el lugar donde decidiste habitar, para que oigas la oración que tu siervo te eleva aquí! Oye la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren en este lugar. Oye desde el cielo, donde habitas; ¡escucha y perdona!
 
1 Reyes 9:13
Cuando Salomón terminó de construir el templo del Señor y el palacio real, cumpliendo así todos sus propósitos y deseos, el Señor se le apareció por segunda vez, y le dijo: He oído la oración y la súplica que me has hecho. Consagro este templo que tú has construido para que yo habite en él por siempre. Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí.
 
Juan 2:18-21
Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole: ¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera? Destruyan este templo, respondió Jesús, y lo levantaré de nuevo en tres días. Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días? Pero el templo al que se refería era su propio cuerpo.
 
Juan 14:23
Le contestó Jesús: El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.
 
1 Corintios 3:16-17
¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo.
 
1 Corintios 6:19-20
¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.
 
Efesios 2:19-22
Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y los profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular. En él todo el edificio, bien armado, se va levantando para llegar a ser un templo santo en el Señor. En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu.
 
Mateo 16:18
Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.
 
 
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
 
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8

Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa. 

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