El Equilibrio Del Perdón
¿Por qué será que el trato que esperamos de los que están sobre nosotros es diferente al trato que le damos a los que están debajo de nosotros?
Nosotros estamos permanentemente pidiéndole perdón a Dios por lo que hacemos, esperando su perdón y de hecho el nos perdona siempre que nuestro arrepentimiento es honesto. Sin embargo, a nosotros nos cuesta mucho perdonar a los que nos han ofendido o han cometido alguna falta en nuestra contra. Dios tiene todo el derecho de pedirnos que le rindamos cuentas y disciplinarnos por nuestras faltas y equivocaciones de conducta. Pero, ¿tenemos nosotros el mismo derecho con respecto a nuestros semejantes? Nosotros nunca podremos justificarnos ante Dios, solamente podemos decirle: perdóname por lo que hice y dejar que la obra redentora de Cristo obre a nuestro favor. ¿Por qué le exigimos más de eso a nuestros semejantes? Si vivimos conscientes del perdón de Dios, nosotros también debemos perdonar. El espíritu de perdón es un rasgo definitivo del creyente y su mayor fuerza.
Mateo 18:21-35
Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús: Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete? Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó: Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo. Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad. Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: ¡Págame lo que me debes! El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: ¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti. Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía. Jesús añadió: Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.
Mateo 6:12-15
Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal. No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno. Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.
Marcos 11:25
Y cuando estén orando, perdonen lo que tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.
Lucas 6:37
No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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