Un Modelo Difícil De Seguir
Nosotros siempre estamos dispuestos a escuchar hazañas de los ganadores, que se imponen, logran poder, hacen riquezas y adquieren fama. Por supuesto que es bueno escuchar y aprender de los ejemplos de éxito, pero el problema es que se puede crear un paradigma que se aparta del modelo que nos dejó Jesús, quién logró el éxito máximo pero también con la máxima humildad y sin buscar fama, poder y riquezas.
La humildad es uno de los maravillosos rasgos que distinguieron a nuestro Señor Jesucristo. Él nunca buscó la fama, el poder y la riqueza; al contrario, huía de ellas. Él, el gran Dios del cielo y de la tierra, a quien todo le pertenece, fue humilde entre los humildes. Nacido en la pobreza y aprendió el oficio de carpintero. A pesar de su divina sabiduría y de su perfecto conocimiento, esperó hasta cumplir treinta años para empezar su servicio público.
¿Y cuál fue su servicio?: Anunciar el Reino de Dios, Enseñar el camino de la Salvación y Sanar a los enfermos físicos y espirituales. Cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente. Le ofrecieron poder y lo rechazó. La fama lo perseguía y Él huía de ella. Nunca buscó beneficios económicos en su Ministerio. Nunca buscó a los ricos, famosos y poderosos. Se rodeó de los más humildes, de los desechados de la sociedad.
Lamentable, muchos de nosotros, cristianos e inclusive líderes cristianos, buscamos nuestros propios intereses, queremos dominar a los demás y engrandecernos buscando fama, poder y riquezas. Debemos reconocer que en general, esa virtud llamada humildad, se aprecia poco y se practica menos aún. Jesús es nuestro modelo, pero ¡cuán difícil es seguir sus huellas! La verdadera humildad, la humildad de Jesús, debería distinguirnos a nosotros los cristianos del resto del mundo que está atrapado en ese paradigma de la búsqueda de la fama, el poder y la riqueza. Esto necesita mucho carácter y una relación muy cercana con El Señor. El dijo: aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde.
Mateo 5:5
Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida.
Mateo 11:29
Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.
Mateo 21:5
Digan a la ciudad de Sión: Mira, tu Rey viene a ti, humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga.
Lucas 1:51-53
Actuó con todo su poder: deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus tronos y puso en alto a los humildes. Llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Romanos 12:16
Vivan en armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. No presuman de sabios.
Efesios 4:2
Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor.
Filipenses 2:3
No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo.
Santiago 1:9
El hermano de condición humilde debe sentirse orgulloso de ser enaltecido por Dios.
Santiago 3:13
Si entre ustedes hay alguno sabio y entendido, que lo demuestre con su buena conducta, con la humildad que su sabiduría le da.
1 Pedro 3:8
En fin, vivan todos ustedes en armonía, unidos en un mismo sentir y amándose como hermanos. Sean bondadosos y humildes.
1 Pedro 5:5
De la misma manera, ustedes los jóvenes sométanse a la autoridad de los ancianos. Todos deben someterse unos a otros con humildad, porque: Dios se opone a los orgullosos, pero ayuda con su bondad a los humildes.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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