¿Cómo Es Tu Carácter?
El concepto de carácter se usa erróneamente con mucha frecuencia y se habla del buen o mal carácter de alguien, cuando realmente estamos hablando de su buen o mal genio.
La primera definición de carácter que aparece en el diccionario es: Señal o marca que se imprime, pinta o esculpe en algo. O sea que el carácter es una señal que nos distingue. La palabra carácter tiene muchas acepciones pero hay algunas que se refieren al tema que estamos revisando. Tenemos: Conjunto de cualidades o circunstancias propias de una cosa, de una persona o de una colectividad, que las distingue, por su modo de ser u obrar, de las demás. Fuerza y elevación de ánimo natural de alguien, firmeza, energía.
Comentarios sobre el concepto de carácter:
John Morley dijo: Ninguna persona puede escalar más allá de las limitaciones de su carácter.
Helen Keller dijo: El carácter no puede ser desarrollado con facilidad y tranquilidad. Solo a través de la experiencia de la prueba y el sufrimiento puede fortalecerse el alma, aclararse la visión, inspirarse la ambición y lograrse el éxito.
Abraham Lincoln dijo: El carácter es como un árbol y la reputación su sombra. La sombra es lo que pensamos de ella, el árbol es lo verdadero. Los problemas revelan nuestro carácter y nuestro carácter revela quienes somos realmente y de que estamos hechos.
Existe una relación entre varios procesos que forman el carácter:
1. Los pensamientos generan sentimientos.
2. Los sentimientos generan acciones.
3. Las acciones forman hábitos.
4. Los hábitos crean el carácter.
5. El carácter forja nuestro destino.
Podemos trabajar en nuestros pensamientos y sentimientos para generar el tipo de acciones y hábitos que crearán nuestro carácter y ese carácter forjará nuestro destino. Dicho de otra manera: El Carácter es el resultado de nuestras acciones y hábitos, entonces por deducción el carácter es una elección.
Es nuestra decisión si tenemos pensamientos positivos o negativos, proactivos o reactivos, optimistas o pesimistas, creativos o destructivos, de avance o retroceso, de luz u oscuridad. Esos pensamientos son la semilla que germinará en sentimientos, acciones y hábitos, forjando nuestro carácter y destino. Las habilidades y capacidades las recibimos, pero el carácter lo desarrollamos nosotros y el carácter además de ser lo más visible de nosotros, para otras personas, tiene un impacto determinante en nuestra capacidad de éxito.
Seguramente alguna vez nos hemos preguntado: ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué estoy en esta situación? Nosotros podemos pensar que Dios no nos escucha, podemos pensar que los demás tienen la culpa de lo que me está pasando y hasta pensamos que es el diablo que tiene sus manos metidas en el asunto. Lo que casi nunca podemos llegar a pensar es cuanta es nuestra responsabilidad y hace falta carácter para admitir eso. Además, cuando revisamos nuestra responsabilidad es que aprendemos y crecemos como producto de las circunstancias. No estamos hablando de sentir culpa, sino revisar que debemos aprender de la situación para crecer y fortalecernos.
Es difícil aceptarlo pero la fe no es para resolver los problemas en los cuales nos metemos. La fe nos lleva a confiar en Dios independientemente de las circunstancias. Lo que ayuda a resolver los problemas es nuestro carácter. Nuestro Padre celestial, está mucho más interesado en nuestro carácter que en nuestra comodidad. El Señor quiere ver el carácter de Jesús en nosotros, porque de ahí obtenemos todos nuestros resultados. De lo contrario seríamos unos seres débiles totalmente dependientes. Lo importante no es crecer rápido, sino crecer con firmeza. Es mejor crecer sobre nuestras fuertes raíces propias, que crecer colgados como parásitos dependientes.
Dios quiere ese carácter capaz de decirle a la tentación material: No solo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios. A la tentación de la irresponsabilidad: No pongas a prueba al Señor tu Dios. A la tentación del poder del mundo: Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él. Que podamos tener esa capacidad para esforzarnos y no desanimarnos. Que podamos ser determinantes con los sueños que queremos lograr. Que podamos conocer nuestras limitaciones pero también toda nuestra potencialidad.
La elección es nuestra. Podemos pasar la vida esperando a que algo suceda o podemos cultivar y desarrollar nuestro carácter mediante la obediencia a nuestro Dios Padre todopoderoso. Tenemos la promesa de que El Señor estará con nosotros, es tiempo de mostrar nuestro carácter y salir adelante.
Mateo 4:1-11
Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera a prueba. Estuvo cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y después sintió hambre. El diablo se acercó entonces a Jesús para ponerlo a prueba, y le dijo: Si de veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes. Pero Jesús le contestó: La Escritura dice: No solo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios. Luego el diablo lo llevó a la santa ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo y le dijo: Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque la Escritura dice: Dios mandará que sus ángeles te cuiden. Te levantarán con sus manos, para que no tropieces con piedra alguna. Jesús le contestó: También dice la Escritura: No pongas a prueba al Señor tu Dios. Finalmente el diablo lo llevó a un cerro muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y la grandeza de ellos, le dijo: Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras. Jesús le contestó: Vete, Satanás, porque la Escritura dice: Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él. Entonces el diablo se apartó de Jesús, y unos ángeles acudieron a servirle.
Marcos 1:12-13
Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto. Allí estuvo cuarenta días, viviendo entre las fieras y siendo puesto a prueba por Satanás; y los ángeles le servían.
Lucas 4:1-13
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto. Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo puso a prueba. No comió nada durante esos días, así que después sintió hambre. El diablo entonces le dijo: Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan. Jesús le contestó: La Escritura dice: No solo de pan vivirá el hombre. Luego el diablo lo levantó y, mostrándole en un momento todos los países del mundo, le dijo: Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países. Porque yo lo he recibido, y se lo daré al que quiera dárselo. Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo. Jesús le contestó: La Escritura dice: Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él. Después el diablo lo llevó a la ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo y le dijo: Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo desde aquí; porque la Escritura dice: Dios mandará que sus ángeles te cuiden y te protejan. Te levantarán con sus manos, para que no tropieces con piedra alguna. Jesús le contestó: También dice la Escritura: No pongas a prueba al Señor tu Dios. Cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejó de él por algún tiempo.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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